lunes, 4 de octubre de 2010

Muere Mansur Escudero en su casa de Dar as-Salam, en Almodóvar del Río (Córdoba) mientras hacía la oración del amanecer






  1. Fotografía, tomada por mi misma el 11 de Septiembre de 2010 en Córdoba, en el fin de la presentación de la candidatura de los Moriscos – Andalusíes a premio de la concordia Príncipe de Asturias, en el que tuve el placer conocer en persona a Mansur, ya que fue uno de los promotores de la candidatura.
  2. Hasta última hora luchando por un mundo sin rencores … Sin lugar a duda, fue un hombre de luz y de paz. Que Dios lo acoja en su infinita Misericordia. Amin.





Ayer según la voluntad de Dios, nos dejó nuestro querido amigo y hermano Mansur Escudero, presidente de la Junta Islámica Española.

Una noticia que ha caído como un jarro de agua fría en toda la comunidad musulmana, especialmente la española, por lo inesperado y la estima y agradecimiento que todos le teníamos y siempre tendremos.

Hasta hoy, tras publicarse la noticia en el Diario el Mundo, muchos de nosotros no sabíamos el motivo de su muerte. Al parecer, ha sido una parada cardiaca mientras hacía la oración, la que ha elevado su alma para ver el rostro de Dios.

Nadie nos hemos alegrado con esta noticia, pero a mi modo de ver, como musulmán que era, no ha podido tener muerte más bonita: durante la máxima conexión que tenemos el hombre con nuestro Sustentador, en el salat / oración y también, a escasas semanas de haber finalizado es Sagrado mes de Ramadán. Mes en el que mediante el ayuno meditamos sobre nuestros errores y purificamos el alma para volver a empezar de nuevo, para ser unas mejores personas en paz con Dios.

Hace unos días, charlando con unas amigas comentábamos que desde que nacemos, traemos destinado nuestro sustento, desde el alimento hasta la última partícula de aire que respiramos en nuestra vida y por eso, antes de morirnos, exhalamos nuestra ultima bocanada de aire y morimos. Debe ser que nuestro querido Mansur, pese gozar de buena salud, no traía más sustento destinado por voluntad de Dios.

Hace unos días, leía en webislam, portal web fundado por Mansur, que cuanto más aceptemos la muerte en vida paradójicamente más en paz viviremos hasta que ese momento llegue. De Dios somos y a Dios volvemos.

Su muerte ha sido una cosa que que me ha apenado mucho a la vez que hecho reflexionar. Seamos jóvenes o viejos, o gocemos de buena salud o no… no sabemos cuando nos va a llegar ese momento también. Todos tenemos cosas en nuestro ser que no nos gustan, que nos hacen enfadar con nosotros mismos, o que molestan a los demás. ¿Cuántas veces dejamos de hacer cosas IMPORTANTES con la excusa de la falta de tiempo? ¿Cuántas veces desaprovechamos oportunidades de hacer buenas acciones por acomodamiento? ¿Cuántas veces nos olvidamos de dar gracias a Dios por nuestras familias y bienes materiales que tenemos?

Todos recordaremos a Mansur, como una persona luchadora incansable por la libertad religiosa, la paz y convivencia entre religiones y por eso hoy todos estamos con él de todo corazón en Almodóvar del Río, dándole nuestro más sentido adiós. Todos hoy nos sentimos huérfanos tras la perdida de un padre que ha luchado por una gran familia. NUESTRA GRAN FAMILIA.

No podemos estarle más agradecidos a su intachable labor durante años y años desde la Junta Islámica y de el gran legado que nos deja conseguido con su lucha y reveindicaciones.

Dice un hadiz
Si una persona muere, cesan sus obras excepto tres: una caridad vigente, un conocimiento del cual se benefician los demás, o un buen hijo que pide por él”. (Recopilado por Bujari)."

Mi más sentido pésame a la familia y amigos cercanos.



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sábado, 14 de agosto de 2010

Las cobijadas de Vejer de la Frontera, un más que posible atuendo andalusí llegado hasta nuestros días

En tierras gaditanas, Vejer de la Frontera es un enclave situado sobre una colina, asomando sus molinos como guardián de antaño por la célebre punta de Trafalgar.

De gran atractivo turístico, Vejer conserva el más puro estilo de arquitectura popular árabe-andaluza, con casas de deslumbrante blancura, calles estrechas y empinadas, todo de una gran belleza natural.

Su gastronomía es también un factor que no pasa desapercibida no solo por su variedad sino por su carácter popular y paralelismo con la cocina andalusí.

Una morada de las más diversas culturas, pero sobre todo se respiran las huellas de Al-Andalus, no sólo en sus construcciones sino también en usos y costumbres como la, hasta hace años arraigada, famosa "cobijada"

¿Que es el cobijado?

Es el traje típico de la mujer vejeriega. Parece que el origen de esta peculiar vestidura es castellano, pues se asemeja mucho a la utilizada por la mujeres castellanas de los siglos XVI y XVII, llamado también "traje de manto y saya". Aunque, sin duda, por su uso prolongado en el tiempo y su similitud da más que pensar que se trate de una de las muchas enraizadas costumbres derivadas del Islam que prevalecieron en Vejer durante siglos.

Observando la foto grafía de acontinuación, tomada por Oscar Cárdenas en en la entrada al mercado de animales de Er-Rissani (Marruecos), en abril de 2008, podremos encontrar gran similitud con el traje de las cobijadas de Vejer.


La tradición musulmana de una mujer cubrirse.

En la aleya 59 de la sura 53 del Corán se dice:

"¡Profeta! Di a tus mujeres, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran con el manto. Es lo mejor para que se las distinga y no sean molestadas"

Según B. Saad, uno de los historiadores de los primeros siglos del Islam, cuenta " A las esclavas de Medina, las provocaban los insensatos, que las abordaban en la vía pública y las agredían.
Las mujeres libres que salían a la calle, cuyas ropas no se distinguieran de las que portaban las esclavas, o las mujeres bien dispuestas a una relación promiscua, eran confundidas con ellas y sufrían el mismo trato".

En otras aleyas del Corán, se hace especial incapié en la modestia y el recato al vestir, tanto de la mujer como del hombre, justamente el motivo de este tipo de vestimenta en Vejer.

"Di a los creyentes que bajen sus miradas y sean castos. Esto es lo más conveniente para ellos. Dios está bien informado de lo que hacen. Di a las creyentes que bajen sus miradas y sean castas, y que no muestren de sus adornos más que lo que se ve. ¡Que cubran su pecho con sus velos! [...]
(Corán, 24, 31-32)."


No debemos obviar que desde la antigüedad y hasta nuestros días, el una mujer cubrirse ha sido siempre un símbolo de recato y modestia. No tenemos mas que observar como nuestras madres, abuelas... se ponían un velo para ir a la iglesia, los panuelitos negros que cubrían la cabeza de muchas mujeres mayores cuando se enlutaban de por vida por la pérdida de algún ser querido; o bien si observamos el atuento de las monjas o de la imaginería de semana santa: todas las vírgenes solo muestran sus manos y cara, y van cubiertas también por un manto.

He aquí la gran polémica que nos asalta en España sobre las vestimentas Islámicas. ¿Se sabe en verdad que se quiere prohibir? ¿Porqué siempre ha molestado el recato musulmán y no el resto que podemos observar en otras culturas / religiones?

Composición del cobijado

La indumentaria era totalmente negra, constaba de una falda suelta que caía hasta los pies, un manto que es una de las enaguas vuelta hacia arriba, de gran amplitud que, subiendo desde la cintura por la espalda cubría todo el busto, la cabeza y, sujeto por la mujer con las manos, le cubría el rostro, dejando tan solo un ojo a la vista, concretamente el izquierdo (esta característica fue la que más me llamó la atención del traje).


Por lo que he podido averiguar este dato (taparse un ojo) si que puede ser una reminiscencia de la cultura árabe, aunque algunos historiadores muestran reparos a esta teoría de la influencia árabe dada la fuerte cristianización y control de costumbres por parte de la Iglesia Católica en la península.

Debajo del manto llevaba una camisa blanca, cuya calidad dependía de la clase social de la mujer que lo portaba.
Este traje como otros tantos, aunque tuviera el aspecto de un traje austero y pobre, dependiendo de la clase social de la mujer, las telas eran de mayor o menor calidad, al igual que las joyas que portaban y quedaban ocultas de miradas indiscretas (algunas de las camisas y joyas que pude observan eran de auténtico lujo), vamos que como suele decirse muchas veces, las apariencias engañan.

El fin del ocultamiento del rostro era el recato. Aunque este traje es típico de Vejer, son muchas las regiones españolas en donde podemos encontrar atuendos femeninos que utilizan cualquier tipo de manto o velo para cubrir la cabeza, en ocasiones para actos religiosos y otras simplemente como traje de calle.

El Cobijado además de la saya y el manto negro también consta de:
- Unas enaguas blancas de hilo muy anchas y almidonadas con tiras bordadas.
- Una blusa blanca fruncida a la cintura adornada con encajes, dependiendo de la clase social a la que pertenecía la mujer.


La prohibición del Cobijado a lo largo de la historia

El Cobijado fue prohibido en varias ocasiones a lo largo de la historia, primero por los Austrias en el S. XVI, y más tarde por los Borbones en el s. XVII, aunque en algunos lugares como Vejer, pueblo de señorío, se siguió conservando. Finalmente fue prohibido por la República en el año 1936, porque podía enmascarar actos delictivos.

Entrados los años cuarenta, se intenta recuperar la vieja costumbre del Cobijado, pero ya era demasiado tarde, puesto que muchas mujeres habían desbaratado la vestidura, con motivo de la escasez y miseria que se vive en esa época. La habían aprovechado por piezas para su uso diario tanto en la casa como en la calle.


Otros lugares de España en los que se usan prendas similares al de las Cobijadas de Vejer

Por la proximidad geográfica tal vez, una indumentaria similar se puede observar en Tarifa.


En el municipio de Marchena, provincia de Sevilla, encontramos una indumentaria muy semejante, denominada “manto y saya”, usada hasta el siglo XIX y que en la actualidad es utilizada por las mujeres para las procesiones de Semana Santa. Se diferencia en que el manto no sale de la cintura, es una pieza separada, que se pone sobre el cuerpo, cubriendo la cabeza, pero sin ocultar el rostro, como muestra de respeto, humildad y decoro.



En la provincia de Toledo, concretamente en Consuegra, existe un atuendo que consta de los mismos elementos principales: saya, manto, los dos de color negro, y mantón o chal. La falda es desplegada hasta los pies, y la mujer cubre el busto y la cabeza con un manto. Por debajo del manto se coloca un mantón de Manila que aporta colorido al modelo.

Abandonando la península y trasladándonos a las Islas Canarias encontramos en distintas poblaciones la utilización de indumentarias semejantes, tanto por las clases medias y populares, como por aquellas señoras, de clase alta, que en algún momento querían pasar desapercibidas. Es el caso de "las tapadas" de Canararias.

En la isla de Tenerife existen varios estudios que recogen dicha tradición y los comentarios que la misma produjo en autores del momento y en los viajeros que recorrieron la isla desde el siglo XVIII, como es el caso de Antonio Pereira Pacheco, Domingo José Navarro y Pastrana, Georges Glas, Nicolás Baudin, Bory de Saint-Vincent, Alfred Diston, etc., que nos han dejado tanto sus comentarios sobre dichas mujeres así como imágenes.

Nos muestran dos atavíos que, con nombres que podrían representar lo mismo, nos enseñan dos formas distintas de la costumbre de cubrirse, tanto con la finalidad de recato, como con la de ocultación para provocar equívoco. Tenemos la “tapada” que utilizaba la mantilla blanca guarnecida con sombrero de fieltro o peineta, enagua exterior de color negro o marrón adornada con cintas de colores. Y el “manto y saya”, las dos piezas eran de color negro, y el manto era una segunda enagua que dependiendo de la ocasión la mujer subía por encima de los hombros hasta cubrir casi totalmente su rostro. A mediados del siglo XIX esta indumentaria fue abandonándose excepto en las zonas de campo.

En la isla de La Palma tenemos el caso de Los Llanos de Aridane, en donde tenemos el modelo de “tapada de manto y saya” compuesto de tres piezas, manto, camisa y saya, son piezas separadas, nunca una de las sayas se utiliza para cubrir la cabeza.

En Canarias, tampoco se cumplieron las distintas pragmáticas que a lo largo de los siglos se dieron en contra de esta costumbre, continuándose con ella a lo largo de todo el siglo XIX. En el siglo XX tenemos unas imágenes de 1943 y 1950 en que aparece una mujer vestida de “manto y saya” en la recepción de distintas visitas oficiales en los Llanos de Aridane (La Palma). Siguiendo esta tradición desde mediados del siglo XX la reina de las fiestas sale ataviada con dicha vestimenta.

También podemos ver gran similitud, con la Muradana, el traje tradicional gallego



Fuentes:
http://viajar-destinos-turisticos.blogspot.com
http://www.turismo-cadiz.es/turismo/poblaciones/vejerdelafrontera.html
http://www.sociedadaugusta.com/AUGUSTA/viewtopic.php?f=13&t=2487&start=90 (trajes regionales) Leer más...

jueves, 12 de agosto de 2010

Ramadan Mobarak / Feliz Ramadán / رمضان مبارك



Este blog desea a todos los musulmanes del mundo un Feliz Ramadán, sin distinción de edad, sexo, nacionalidad...

Mucha gente puede no entender el porqué de este precepto en el Islam, pero es mucho más que un simple periodo de abstinencia en el comer, beber, relaciones... etc.

Es un periodo de reflexión, de experimentar el hambre durante las horas del día al igual que lo hacen miles de personas en el mundo... en el que tanto el pobre y el rico se igualan, sin diferencia alguna.

Ramadán, viene del verbo raiz Ramada, "transformar en cenizas", del que procede el sustantivo Ramda'a, indicativo de calor, y el nombre del mes de ayuno.

Los periodos de ayuno y autorevisión son tradicionalmente aceptados como ejercicios de gran eficacia en todas las tradiciones espirituales. También en el Islam.

La práctica del Ramadán limpia verdaderamente el organismo, nos ayuda a recuperar la consciencia, a veces desvaida, de las necesidades entre los menos afortunados. Mejora la calidad de vida, ayuda a la regeneración celular, despeja la torpeza de la mente y nos predispone a fortalecer los vínculos de unidad entre Creador y criatura.

Bien practicado genera esa agradable sensación de calor interno del organismo en equilibrio.

El propósito último del Ramadán, como su etimologia nos sugiere, es el de convertir en cenizas, o eliminar, todo cuanto es perjudicial, desequilibrios, ausencia de propositos, falta de conciencia de las necesidades con el entorno, deficiente actitud en la busqueda de lo Transcendente, etc. Es decir, propiciar en cada persona el renacimiento al nuevo ser que, al igual que el ave Fénix, surge desde las cenizas del anterior.

Lo más conocido del Ramadán es que las personas no comen durante las horas del día. Y lo menos conocido, como siempre, es lo verdaderamente importante: que el ayuno se prescribe como ejercicio auxiliar para la autocritica, y de la "puesta a punto" en el ambito de las relaciones, tanto en lo social como en lo espiritual.

Este ejercicio, no es eficaz si no se evita la dispersión mental que, sobre la intención de la mejoría propone el Ramadán sobre el cuerpo y el espíritu.

Si durante este tiempo no se aprovecha la oportunidad de mejorar cualquier aspecto de nuestras vidas, será un tiempo perdido. Pues es un periodo especial de revisión.

Si estás disgustado con amigos o familiares, este tiempo es especialmente indicado para resolver conflictos.

Si alguien te debe un favor, y puedes disculparlo, este es el momento de hacerlo.
Si debes un favor a otro, y puedes pagarlo, este es un buen momento para saldar tus deudas.

Si tu vida no transcurre por los cauces adecuados, este el el momento de enderezarla.
Si eres de los que solo ayunan, pero no te ocupas de mejorar en tu vida... pequeño es el Ramadán que haces.

Esta medio día, me daba mucha pena oir a un sacerdote de mi ciudad diciendo "Si no fuera cristiano... pondría a todos los musulmanes en fila y los mataría de uno en uno" a lo que añadió con tono irónico "Bueno... aunque en verdad también son hijos de Dios".



Unas de las cosas que invalidan el ayuno... es el enfado, la ira... Por lo que al no comer ni beber, se le une un gran esfuerzo interno de controlarnos a nosotros mismos y mantenernos en la serenidad. Es por eso que un musulmán debe hacerse fuerte, mas que nunca, hacia este tipo de ataques y provocaciones. De nada serviría un día de ayuno vivido de manera cólerica, ensuciando nuevamente el alma y nuestro interior.Un gran ejercicio espiritual sin duda alguna...

Que Dios tenga piedad de todos nosotros, hijos de un ÚNICO DIOS y nos haga volver a ver la vida con los ojos inocentes de un niño, sin maldad, rencores, envidias y frustraciones que los mayores vamos guardando en los corazones con el paso de los años y que no nos dejan vivir en paz los unos con los otros.

Feliz Ramadán Leer más...

domingo, 4 de julio de 2010

Resplada con tu firma la candidatura al Premio Príncipe de Asturias a los descendientes de moriscos andalusíes expulsado


Todavía es posible firmar la adhesión a la candidatura. Entra en www.moriscosconcordia.com, lee la declaración y resplada con tu firma la candidatura al Premio Príncipe de Asturias a los descendientes de moriscos andalusíes expulsados.





Principios informadores de la candidatura

La candidatura de los descendientes de moriscos-andalusíes al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, es una iniciativa ciudadana, laica, libre y plural, respaldada por la Fundación Blas Infante a los solos efectos de su presentación oficial, carente de financiación económica más allá de las aportaciones simbólicas de sus promotores, avalada por la solvencia intelectual de los mayores especialistas mundiales sobre el tema, y que cuenta con el apoyo de pensadores, activistas, escritores, músicos, artistas plásticos, fotógrafos, cineastas, periodistas… y, en general, de ciudadanos y ciudadanas de todas las creencias, ideologías, profesiones, tendencias y partes del planeta.

¿Por qué se pide el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia para los descendientes de moriscos-andalusíes?

Pedimos el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia para los descendientes de moriscos-andalusíes, coincidiendo con el 400 aniversario de su último destierro de la península ibérica, como gesto simbólico y necesario para la completa reconstrucción de la memoria colectiva hispana; en reconocimiento a la manera ejemplar con la que han conservado viva y conscientemente su identidad cultural en los lugares de destino; y desde la hermandad, la justicia y la igualdad de razón con el concedido hace 20 años a las comunidades sefardíes.

¿Quiénes impulsan la iniciativa?

Como una prueba más del ánimo de concordia y hermandad que inspira la candidatura, esta iniciativa ciudadana nace de las voluntades individuales de Antonio Manuel Rodríguez Ramos (patrono de la Fundación Blas Infante), Manuel Pimentel Siles (recientemente designado patrono de la misma), Sebastián de la Obra (Casa de Sefarad), Mansur Escudero (Junta Islámica) y Jesús Sánchez-Adalid (escritor y sacerdote).

¿Por qué la Fundación Blas Infante?

Blas Infante fue un firme defensor durante toda su vida de la necesidad de reconocer la identidad morisco-andalusí, en hermandad con la sefardí, para la plena reconstrucción de la propia identidad hispana, y particularmente andaluza. Habiéndose designado 2010 “año institucional de Blas Infante” por el Parlamento y Junta de Andalucía, en el 125 aniversario de su nacimiento, los impulsores de la candidatura decidieron ofrecer a la Fundación Blas Infante la posibilidad de presentar oficialmente la candidatura, aceptando por unanimidad de sus patronos en reunión de 4 de marzo de 2010, presidida por María de los Ángeles Infante.

¿Por qué se anuncia públicamente desde la Casa de Sefarad en Córdoba?

La Casa de Sefarad es un hermoso símbolo de concordia en una ciudad hermosa y simbólica como Córdoba. Se ubica en el corazón de la judería de la medina cordobesa, en la calle Judíos esquina calle Averroes, frente a la Sinagoga, a una manzana de la Mezquita y Catedral de Córdoba. Desde allí, desde la concordia para la concordia, de la mano con las comunidades sefardíes que merecieron justamente este premio hace 20 años, anunciamos públicamente esta candidatura para los descendientes de moriscos-andalusíes con la sana de intención de completar un poco más el mosaico interreligioso del alma hispana.

Es intención de los impulsores presentar la candidatura desde la otra orilla.

¿Quiénes avalan la candidatura?

Esta candidatura está avalada por la solvencia intelectual de especialistas mundiales sobre la cuestión morisco-andalusí y la interculturalidad como Bernard Vincent, Tomás Valladolid, Francisco Márquez Villanueva, Luis F. Bernabé, Josep María Perceval, Emilio González Ferrín, Josep Vicent Escartí, Rafael Valencia, Lola López Enamorado, Mohammed Hatimi, Gamal Abdel Rahman, Isidoro Moreno, Anthony L. Geist, Hossain Bouzibeb, Manuel Barrios Aguilera, Dolors Bramon, Abd El Hadi Ben Manssur, Roger Boase, Leonard P. Harvey, Iris Hofman Vannus… y un listado interminable de catedráticos, profesores e investigadores de Universidades, Centros e Instituciones de todos los continentes.

Desde el inicio, esta iniciativa ha sido respaldada desde la más amplia diversidad de expresiones artísticas, ideologías y creencias. Pensadores, escritores, periodistas o artistas tan diversos como Amin Maalouf, Sami Naïr, Juan Goytisolo, Iris María Zavala, Federico Mayor Zaragoza, Maruja Torres, Pilar Távora, Juan Diego Botto, María Galiana, Juan Rodríguez de Los Planetas, Javier Rubial, Mari de Chambao, Jesús Vigorra, Agustín Remesal, Sandra Bessis, Anne Cauwel, Reyes Mate, Izza Gennini, Sophie Bessis, Samira Kadiri, Luis Delgado…

Políticos y activistas de todas las ideologías como José Antonio Pérez Tapias, Juan Luis Rascón, Concha Caballero, Pilar González, o Manuel Clavero Arévalo. Y especialmente, ciudadanos y ciudadanas de todas las creencias como José Chamizo, Juan José Tamayo, Margarita Pintos, Esteban Ibarra, Ephraïm Riveline, Arrik Delouya o Asma Lamrabet.

La lista es amplísima y nos parece extremadamente injusto no citar a todos y todas las firmantes. Por esa razón los impulsores de la iniciativa hemos decidido que aparezcan citados por orden de adhesión, obviando en la página la aparición de imágenes de algunos para evitar agravios comparativos. Dado el carácter simbólico de las firmas en la web, los impulsores sólo se responsabilizan de aquellas adhesiones que hayan podido ser contrastadas.

www.moriscosconcordia.com

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lunes, 21 de junio de 2010

El pan en Al-Andalus. Todo un marcador de estatus social

En la época andalusí, como en todas las épocas, hubo ricos y pobres. La gula era pecado capital del adinerado y para la escasez de los humildes las gachas y el pan constituían el alimento diario.

El trigo constituía un alimento de primera necesidad, con él se elaboraba el alimento básico, pero también se empleaba para cocinar las muy difundidas gachas, galletas, sopas espesas y, como no, el cuscús o alcuzcuz, patrimonio culinario de los beréberes del Magreb y que se popularizó en al-Andalus llegando hasta a la real cocina de Felipe IV.


Cuando raras veces el trigo faltaba, por desastres naturales o prolongadas guerras, los hispanomusulmanes contaban, al menos desde la época califal, con una práctica preventiva, heredada en parte de la antigüedad. Consistía en la confección de panes sustitutivos elaborados con productos vegetales muy nutritivos que se podían conservar durante largo tiempo.

El pan medía las diferencias sociales de la realidad gastronómica en al-Andalus. Dependiendo del tipo de trigo usado para su elaboración y sus cualidades nutritivas, su consumo iba destinado a distintas clases sociales. A mayor poder adquisitivo, mejores panes de mejores harinas se podían comprar.

Sólo la gente acomodada se permitía el lujo de consumir al-darmak, elaborado con la mejor harina de trigo. La segunda clase de pan, se denominaba al-smid, poseía un alto valor nutritivo, se elaboraba con otro tipo de trigo. Menos valor nutritivo tenía la tercera clase de pan de trigo, denominado al-hawari, conocido también con el nombre de al-madhun.

Un tipo de pan muy popular en al-Andalus, era el conocido como al-haskar, era el de menos valor nutritivo, a pesar de que también se elaboraba con harina de trigo, su tonalidad era rojiza. Por ello al `amma solía atribuirle el calificativo de pan rojo para distinguirlo del pan extra blanco de al-darmak, o del pan amarillo de al-smid. El pan negro era el de cebada, mijo y otras clases de granos panificables.

Entre las variedades más populares se hallaba el pan de al-fatir y el de al-jandrus, elaborado a partir de una mezcla de molienda. En el último escalón gastronómico figuraba el pan de al-'arq wa-l-malla, era consumido, sobre todo, durante las épocas de hambruna.


El pan, las tortas o las empanadas eran amasados en las casas y se llevaban al horno público más cercano (aunque las familias pudientes tenían horno propio).Era ésta una de las primeras tareas de las mujeres de la casa: amasaban una cantidad de harina suficiente para el pan de todo el día, la colocaban encima de una tabla de madres y se tapaba con una servilleta y a continuación, se mandaba por medio de algún chiquillo a cocerlo al horno. Al tratarse de hornos de uso público se hacía necesario el que cada casa tubiera una marca específica que imprimía en el pan, para una vez horneado identificar a quien pertenecía.



Este horno popular, llamado horno árabe o moruno, no sólo servía para cocer el pan, también horneaba otros platos, como la carne de ave o de cordero. El panadero, como pago, se quedaba con una porción de la masa, llamada poya.

Fuentes:
www.historiacocina.com
www.balansiya.com
ana-lacocinikadeana.blogspot.com
www.webislam.com

Redacción y busqueda: Nuria Calvo Leer más...

viernes, 4 de junio de 2010

Los Libros Plúmbeos del Sacromonte: un intento de "salvación fallido"

Los Plomos del Sacromonte o Libros Plúmbeos son una de las más famosas falsificaciones históricas. Materialmente consisten en 22 planchas circulares de plomo de unos 10 cm grabadas con dibujos indescifrables y textos en latín y en extraños caracteres árabes, que se dieron en llamar salomónicos.


La crítica filológica e histórica parecen determinar que la impostura pudo ser obra de moriscos de alta posición social que intentaban conciliar el cristianismo con el islam, en el periodo posterior a la sublevación de las Alpujarras.


Los Libros plúmbeos del Sacromonte fueron unos “descubrimientos” hechos por unos obreros moriscos al derribar en Granada el antiguo minarete de la mezquita mayor nazarí. Éste, llamado la “Torre Vieja” y no muy lejos de las tumbas de los Reyes Católicos, obstaculizaba la construcción de la tercera nave de la Catedral de Granada.



El 18 de marzo de 1588, día de San Gabriel, los peones hallaron en los escombros una caja de plomo, que abrieron al día siguiente, día de San José.

Las fechas no son casuales, pues San Gabriel es el ángel más importante para el Islam, cuya aparición ocurre frecuentemente en los Libros plúmbeos, y San José es el marido de María, la que, según estos libros, los ha dictado.


Al abrirse la caja aparecieron varios objetos: una tablita con la imagen de Nuestra Señora en traje “egipciano” (gitano), indumentaria prohibida a los moriscos, y otros objetos curiosos.
Hubo un medio paño de la Virgen María y un pergamino escrito en árabe, castellano y en un latín muy castellanizado, con las primeras noticias concretas acerca del santo y mártir San Cecilio, hoy en día patrón de Granada.



En seguida el entonces arzobispo de Granada, don Juan Méndez de Salvaterra, pidió permiso a Felipe II, ávido coleccionista de reliquias, y al papa Sixto V, para investigar la autenticidad del contenido de esta caja de plomo, y convocó una Junta Mayor.

Tres traductores
—el licenciado Luis Fajardo, catedrático de árabe en la Universidad de Salamanca, un arabista notable, Miguel de Luna, y Francisco López Tamarid, racionero mayor de la catedral—fueron comisionados para llevar a cabo una traducción del pergamino, además de la interpretación de Alonso del Castillo, médico morisco e intérprete de Felipe II.


En 1595, empezaron a descubrirse en el Monte Valparaíso (hoy llamado Sacromonte por estos hallazgos) ciertas planchas de plomo con inscripciones en árabe, y el nuevo arzobispo de Granada Pedro de Castro ordenó excavaciones de las muchas cuevas del monte.


Con el tiempo, veintidós libros en hojas redondas de plomo fueron excavados.

El 30 de abril de 1600 el arzobispo Castro leyó la calificación de las juntas, que proclamaron como auténticas las reliquias. Se trataba ahora de una situación muy emocionante y divisiva, ya que la nueva corte de Felipe III emprendía la campaña para desterrar a los moriscos, precisamente el grupo favorecido por los documentos.

¿Que se decía en los estos libros plúmbeos?

Las varias escrituras pretenden ser un evangelio del apóstol Santiago el Zebedeo, traducido al árabe por su discípulo Tesifón (Ibn ‘Attar).

En ellos abundan invocaciones a Dios y los preceptos que la Virgen María le dio a Santiago. La Virgen le declara a San Pedro en el “Libro de la historia de la verdad del evangelio”:

"Y dígoos que los árabes son una de las más excelentes gentes, y su lengua una de las más excelentes lenguas. Eligiólos Dios para ayudar su ley en el último tiempo después de haberle sido grandísimos enemigos. Y darles Dios para aquel efecto poder y juicio y sabiduría, porque Dios elige con su misericordia al que quiere de sus siervos. Como me dijo Jesús que ya habrá precedido sobre los hijos de Israel los que de ellos fueren infieles la palabra del tormento y destruición de su reino que no se les levantará cetro jamás. Mas los árabes y su lengua volverán por Dios y por su ley derecha, y por su Evangelio glorioso, y por su Iglesia santa en el tiempo venidero."


Los falsificadores de estos libros, dos de los cuales parecen ser Alonso del Castillo, intérprete de Felipe II, y Miguel de Luna, hicieron sembrarlos en la demolición de la antigua mezquita y en las cuevas del Sacromonte con unas reliquias falsas de mártires cristianos del primer siglo para que se descubriesen fácilmente allí (y que por consiguiente fuesen la causa de varios “milagros” y “curas”).

Según su historia, la Virgen María mandó a Jacobo (Santiago) a Hispania, guiado por el Arcángel Gabriel, para esconder estos libros en varios sitios en Granada.
“Ve con este libro a la extremidad de la tierra que se llama España, en el lugar donde resucita un muerto. Guárdalo en él. Y no temas de él porque Dios le guardará a ti y a los que fueron contigo con ojo de solicitud en el mar como guardó a Noé en el arca, y en la tierra como se guardó a Jonás en el vientre de la ballena hasta que lo dejó en ella” (208). “Y enterrólos en la tierra para el tiempo decretado” (242).


¿Cuáles pudieron ser los motivos que llevaron a la aparición de estos libros?

Los textos revelan cierta sensibilidad hacia los moriscos y sus creencias, y hasta el tono de sus mensajes recuerda el estilo del Qur’an (Corán).
No cabe duda que los Libros plúmbeos se escribieron en un fanático intento de evitar la expulsión de los moriscos. Aunque los Reyes Católicos en la conquista de Granada en 1.4982 habían garantizado muchos de sus derechos y privilegios, el deseo de los vencedores (con la dirección del Cardenal Cisneros, ) de convertir cuanto antes a los moriscos al cristianismo causó mucha tensión y resultó en su sublevación en 1500–01 y un reverso en la tolerancia prometida.


Recordemos que, fue el Cardenal Císneros quien mando asaltar la Madraza, la universidad granadina para quemar todos los libros de su biblioteca, entre los que había de astronomía, matemáticas, ciencias y poesía para que el olvido triunfase sobre la memoria, desarraigar a un pueblo y borrar así cualquiera de las contribuciones de la civilización musulmana a España.

Después de 1501, la situación de los moriscos de Granada empeoró sensiblemente. La pragmática promulgada en 1567 por Felipe II, quien nunca quiso su destierro, básicamente quitó a los moriscos su estilo de vida, prohibiéndoles, entre otras cosas, hablar, leer y escribir en árabe, vestir y celebrar fiestas a lo árabe, usar nombres árabes, e inclusive bañarse en los hamman.

En definitiva se quiso y así se consiguió borrar cualquier símbolo o manifestación propia del Islam. Las prácticas de higiene eran cosa de "moros", prohibamos los hamman. La indumentaria propia de los moriscos (que también usaban muchas cristianas), era una manifestación de sus costumbres, prohibamos sus vestimentas. Él árabe es una manifestación del Islam, prohibamos su uso y conocimiento.

Ante todas estas serie de prohibiciones e inminente expulsión, los moriscos planearon este intento fallido de vincular y reconciliar el Islam con el Cristianismo, inventando un pasado arabo-islámico que hermanara a musulmanes y cristianos y pudiendo así salvarlos del destierro.

La Reflexión...


Todo esto no hace sino recordarme a la no muy distinta situación actual en España, donde el miedo al moro y el rechazo sigue vigente en el subconciente de la sociedad. Un panuelo molesta, decir que Dios y Allah son la misma persona asusta y escandaliza, que un musulman de origen no español pueda convertirse en Español da pánico, y si encima puede optar a un cargo importante en la sociedad española no digamos.

Como ya decía en el articulo de apoyo a Najwa Malha, la comunidad de conversos españoles al Islam es cada vez mayor. A éstos se les trata de "extranjeros en su propia tierra", traidores y gente a las que los "moros extranjeros" han lavado la cabeza.

Está mas que testado que toda esta mala propaganda de la que la sociedad española es víctima es consecuencia de estos tiempos inquisitoriales, en los que no se aceptaba a nadie que no fuera "cristianamente correcto". En plena era de la información ¿Cómo podemos seguir afirmando semejantes idioteces? ¿Vivimos en el 2010 o en el 1.409? Seguimos sin aceptar al "otro", al diferente... y lo que no gusta se intenta borrar.

Una cosa que siempre me ha llamado la atención es que en España, siempre hemos estudiado latín y griego como idiomas que
constituyen una base cultural imprescindible para quien desee conocer los orígenes de nuestro idioma, de la cultura y de la filosofía.

¡¿Y porqué el árabe no?! Los mótivos que se dan para que se estudie Latín y Griego, pese ser lenguas muertas y "no servir" aparentemente para nada (cosa que no pasa al árabe, puesto que es una lengua viva), es que muchas de las palabras que utilizamos actualmente tienen su origen en uno de estos dos idiomas; que conociendo las raíces de una palabra es más fácil indagar en su significado; que fueron los idiomas en que grandes los grandes hombres de la historia de la humanidad escribieron sus obras filosóficas...

¿Me quieren explicar la diferencia del árabe respecto del latín y griego? Tanto árabe como griego usan caracteres distintos al escribir (con lo que la dificultad del árabe no sería un motivo), él árabe es un idioma en uso con lo que si serviría a efectos prácticos. Conocerlo serviría para conocer también el origen de muchas palabras de nuestro idioma. También en árabe se escribieron en España grandes obras de nuestro legado cultural y que para leer nos tenemos que valer de traductores que si conocen el idioma. Él árabe es el padre de gran parte de nuestro idioma...

¿Necesitamos unos nuevos libros plúmbeos en España? ¿O rescatar la VERDAD del olvido será suficiente para poner en su lugar eso que hace 400 años se encargaron de arrebatarnos?

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viernes, 21 de mayo de 2010

Expresiones y Costumbres de Origen Andalusí que hoy en día conviven con nosotros

El recuerdo de Felipe III de Castilla y el mes de marzo de 1.609 son una mancha negra como el alquitrán en la Memoria Histórica de los moriscos desde la Patagonia a Perú, desde Turquía a Argelia, desde Marruecos al más recóndito pueblo andaluz donde quedan en sus calles, casas, campos, gastronomía, cultura y conciencia de andaluces que queremos ser lo que fuimos.

Los sevillanos, los cordobeses, los granadinos, sienten y expresan su orgullo por la Al-Hambra, la Mezquita-Aljama, la Giralda…pero en general sólo sentimos pereza para conocer quiénes y cómo se construyeron esos monumentos y miles de otros en toda nuestra Nación. El Estado con sus mecanismos de educación y de control nos ha lavado la Memoria. Admiramos los monumentos y despreciamos a la Civilización que los posibilitó.


El desconocimiento, cuando no el desprecio a nuestra cultura e historia en los ámbitos del saber (escuelas, institutos, universidades) es la norma.


En el vocabulario de todo andaluz, y en general de todo español, hay miles de palabras y de expresiones que tienen su procedencia en nuestro pasado andalusí y morisco. Las utilizamos muy a menudo y la práctica totalidad de los andaluces, desconocemos porqué las expresamos, de dónde proceden.


Expresiones de origen andalusí


Decir que alguien es un cafre:

- Decimos que alguien es un “cafre”, para decir que alguien es bárbaro o cruel. En verdad la palabra cafre, viene del árabe clásico
kāfir, incrédulo, aunque es algo que hay que matizar porque no se refiere a "no creyente".

Desde las enseñanzas islámicas, una persona kāfir o cafre es una persona destructora, alguien que se beneficia de la destrucción del mundo o a quien no le importa dañar (a pesar de sus comportamientos deshonestos), quien daña la tierra, los que causan guerras para controlar los recursos naturales, los que explotan y dañan a criaturas indefensas.

Un Kâfir, no se siente culpable por los actos realizados, aun cuando para ello ha generado destrucción, dolor consciente y manipulación. Un Kâfir es una persona destructora de la vida, coarta la libertad de terceras personas, humilla y engaña con falsedad.

En demasiadas ocasiones, se asocia también el término Kafir a los propios musulmanes, especialmente a aquellos que denotan un pensamiento libre, alejado de la creencia de dogmas y de las jerarquías clericales.

Por lo tanto un Kâfir es el que no cree en el Mensaje de Dios y por lo tanto es un INCRÉDULO, ya que no actúa según él.

Decir que alguien es un gandul

Cuando decimos que alguien es un gandul, nos referimos a una persona que es muy vaga, floja y en plan despectivo. En árabe andalusí significa “soldado mercenario”. Según la RAE, uno de los significados que da es de"
Individuo de cierta milicia antigua de los moros de África y Granada", y que por el significado de gandul en árabe no debió de gozar de mucha simpatía.

'Gandul' viene del ár. hisp. ḡandúr [غندور], truhán, este del ár. clás. ḡundar, mimado, y este del persa gundār [گوندار؟], de un color particular)

Irse de jarana o jaraneo.

- Irse de jarana o jaraneo. Lo decimos a ir de juerga, beber en abundancia, etc. Proviene de la palabra Haram (, malo, desaconsejable). En el Islam existe lo Halal, bueno, aconsejable y lo contrario, Haram.

Ojalá...

- Ojalá viene del árabe inshallah "Si Dios quiere".

Ole, ole y olee!

- Olé, expresión que repetimos tres veces. Puede ser ante un buen cante flamenco, ante una buena corrida de toros, ante cualquier cosa que nos causa admiración. Los musulmanes ante cualquier situación semejante también dicen tres veces Allahu Akbar, Allah es el más Grande.




Decir que alguien es un Fulero o fullero o que dice Fullas

Fulero o fullero, la RAE lo define así: persona falsa, embustera, o simplemente charlatana. En árabe andalusí zullero, significa “el que comete muchas faltas”.


- Del cerdo me gustan hasta los andares.

La inquisición entre otras cosas vigilaba y obligaba a los niños andaluces a comer manteca de cerdo. Una forma de sentirse “integrado” era hacer un canto a las excelencias de esa carne.


No haber moros en la costa...

- Moros en la costa, durante generaciones los moriscos expulsados volvían a las costas malagueñas, granadinas, almerienses a visitar a sus familias, a intentar quedarse o simplemente en una acción de represalia contra los ladrones que se habían quedado con sus propiedades y contra la iglesia. Las costas andaluzas están plagadas de torres vigías para prevenir la llegada de esos andaluces ansiosos de quedarse en su Patria.



Quien tiene padrino se bautiza

La obligada cristianización de los moriscos tuvo diferentes formas y métodos. Si eran bautizos múltiples, por lo general en plazas, se les imponían los nombres que los conquistadores creían oportunos y se les adjudicaban apellidos del tipo de árboles frutales (manzano, cerezo, álamo, etc.), accidentes geográficos (río, monte, barranco, etc), de pueblos o ciudades (Jerez, Osuna, Antequera, etc) o simplemente motes.

Si el bautizado a la fuerza, ya era semiesclavo, dependía de un señor feudal castellano, se les daban sus apellidos, que podrían ser vascos o de los más castellanos, sin eso querer decir que su origen, alcurnia (de la palabra árabe al-cunia, origen, que no nobleza como se utiliza en castellano). Por eso si tenían padrinos esos moriscos, eran bautizados correctamente.

Es el mismo caso de negros americanos descendientes de esclavos, se llaman Jackson, o cualquier otro nombre anglosajón. El caso de cualquier indígena filipino o americano que con sus rasgos raciales propios, hoy se apellida Pérez o Martínez. En estos casos los rasgos raciales evidencian claramente de donde provienen. En el caso de nosotros andalusíes y moriscos, no había tales rasgos, éramos y somos europeos, ayer musulmanes y más tarde obligatoriamente cristianos nuevos.




Acciones y hechos de andaluces que conscientemente o no, evidencian su origen:




El agarejo.

Es un antíguo juego de niños que consiste en atrapar a un incáuto, bajarle los pantalones y untarle los genitales con barro y tierra. Luego es objeto de mordaces comentarios de los que se lo han provocado.

Debido al avance por la sensibilidad por la psicología del indivíduo, la víctima de un ataque así, sería objeto de grandes trabajos por parte de los especialistas en esta rama de la Medicina.

Esta cruel broma, en el pasado era muy habitual en el campo jienense durante la recogida de la aceituna. La practicaban las personas mayores sobre los críos principiantes como forma de ver por las reacciones que mostraba si tenían cuajo para ser un buen aceitunero en la forma de oponer una feroz resistencia.

Este cruel "juego" tiene origen inquisitorial. Para saber si a los niños privadamente se les había hecho la circuncisión, cuando cogían desprevenido a algún niño sospecho de haber sido circuncidado y por consiguiente, de ser musulman, se les bajaba los pantalones, se les escupía en los genitales y si seguía "intacto" se le ridiculizaba y humillaba.


Las saetas

- Las saetas, el cante jondo y otros Palos del Flamenco. La taqiyya (1) en el flamenco está presente constantemente. Además de los Olé, Olé, Olé, los gestos del cantaor sentado en la silla cierra los ojos cabizbajo y alza el dedo índice de la mano derecha y dice: lai lai lai la, es una reminiscencia morisca de la Shahada o Reconocimiento de musulmán: La ilaha ila Allah, así podríamos alargarnos con muchos más ejemplos.

Llevarse a la Novia

En todas las comarcas moriscas hasta nuestros días ha pervivido esta costumbre morisca. Fue una forma de rebeldía y de no reconocimiento del Estado y en mayor medida contra la iglesia católica. Era una forma de saltarse la moral. Una noche el novio se llevaba a la novia a su casa o la de algún familiar y consumaban su relación. A partir de ahí ya eran pareja para sus familias y para la sociedad. En 1986 se editó un buen libro sobre el tema que aún hoy se puede conseguir.

Negar lo evidente durante cinco siglos, hace que vaya calando como las gotas de agua en una gruta y consigue que el español sin conciencia, sin identidad, asuma la cultura e historia de sus verdugos y desconozca e incluso desprecie sus orígenes.

Durante siglos con gobiernos de todos los signos, el Estado español ha utilizado y utiliza la misma arma: borrar toda Memoria Histórica de los españoles y que nos creamos que somos los más y mejores que nuestros antepasados andalusies.

Por eso muchos nos negamos y reivindicamos y dignificamos nuestra pertenencia histórica, cultural y genética andalusí y morisca.

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lunes, 3 de mayo de 2010

Los morisquillos, esos niños que no fueron expulsados con sus padres y quedaron por siempre en tierra Española

Tras la rebelión, la mayoría de los niños moriscos no fueron expulsados con sus padres, sino que fueron obligados a quedarse para servir, en la práctica y pese a la prohibición, como esclavos.



El decreto de expulsión del 22 de septiembre de 1609, en lo referente a los niños moriscos, establecía que podían quedarse todos aquellos menores de cuatro años que contasen con permiso paterno y todos los que fueran hijos de matrimonios mixtos menores de seis años, así como los que pertenecieran al 6% de las familias que permanecieron para seguir cultivando y cuidando de los señoríos. Sin embargo, en la práctica, la inmensa mayoría de los morisquillos menores de cuatro años embarcaron con sus padres (tal como comprobó Lapeyre analizando los informes de embarcos), pues fueron muy pocos los que se acogieron a las excepciones.

Así ocurrió hasta que finalizaron las rebeliones en el Valle de Laguar y en la Muela de Cortes, ya que, a partir de entonces, el número de morisquillos que se quedaron se elevó considerablemente y, aunque algunos de ellos fueron cedidos o vendidos por sus propios padres, otros simplemente fueron retenidos a la fuerza.


Cuando la decisión de dejarlos dependía de la voluntad de los padres, solían éstos dejarlos a cargo de cristianos viejos que les merecían un mínimo de confianza. Aun así, dice una leyenda que les hacían señales en la piel, pequeñas cicatrices en lugares poco visibles (plantas de los pies, detrás de las orejas, axilas), con la esperanza de reconocerlos en el caso de que, con el tiempo, pudieran recuperarlos.

Pero, como decíamos, muchos de aquellos niños no se quedaron por la voluntad paterna, sino que fueron secuestrados.

Ya hemos visto antes cómo Cristóbal Sedeño, gobernador de Denia, haciendo el recuento de los rebeldes que bajaron vencidos del Valle de Laguar, apuntaba los "mil muchachos y muchachas que les devieron hurtar quando baxavan"; niños que fueron luego vendidos "en el Reyno y fuera del a 8, 10 y 15 ducados", según Fonseca.



Y los que no se vendían eran llevados por sus raptores a sus lugares de origen para tenerlos a su servicio. Hasta 195 morisquillos (morets eran llamados en valenciano) fueron llevados a la ciudad de Alicante, 28 a Cocentaina, 34 a Onteniente, 71 a Pego, 200 a Denia..., muchos de ellos procedentes del Valle de Laguar. La virreina inclusive hizo secuestrar a algunas niñas moriscas para tenerlas en su palacio, "dichosa de aver quitado a Satanás de las uñas esta presa", dice Fonseca.

Y el duque de Osuna, en carta dirigida a Felipe III el 25 de agosto de 1611, le informaba de que había ordenado fueran presentados a la autoridad los muchachos moriscos que habían sido llevados a Palermo por los soldados del Tercio de Sicilia.

Pocas semanas después, durante los días 10, 11 y 12 de octubre, fueron presentados 34 niños y niñas residentes ya en la capital siciliana, provenientes casi todos del Valle de Laguar. Y como el Tercio de Nápoles también participó en el aplastamiento de la insurrección de dicho valle alicantino, igualmente fueron llevados morisquillos a esta ciudad italiana.

Esclavos


Estos niños abandonados, vendidos o apresados fueron destinados al servicio doméstico de quienes los habían capturado o comprado, siendo éstos los responsables de su integración en la sociedad cristiana, o como diría Viravens: "quienes respondiendo de ellos a la Autoridad, se encargaron de su educacion civil y de instruirlos en la Doctrina Cristiana". No es de extrañar por tanto que los niños adoptaran los apellidos de sus amos, aunque hubo excepciones, tal como veremos más adelante.

No obstante, pese a ser censados como criados, estos niños, utilizados como bien económico, fueron tratados como esclavos. El virrey, marqués de Caracena, prohibió la esclavitud de los morisquillos, pero el 3 de diciembre de 1609 Baltasar Mercader le enviaba una carta desde Alicante en la que le informaba de que todo seguía igual, a pesar de la prohibición: "la gente (É) tiene un sinfin de ninyos y ninyas de a dos y tres anyos y de aqui arriba y los tienen por esclavos y ay ombre que los tiene por grangeria tanto que ay muchos pobres que tienen a tres y quatro ninyos y tratan de herrarles y embiarles a Castilla"; es decir, marcarles con hierro candente y llevarlos luego a Castilla para venderlos.




Indecisiones

A pesar de lo establecido en el decreto de expulsión, el Tribunal del Santo Oficio siguió debatiendo el 10 de octubre de 1609 acerca de la edad mínima que debían tener los niños moriscos para quedarse.

El 9 de enero de 1610, el virrey firmaba un decreto mediante el cual se revocaba la excepción del 6% de familias moriscas que se libraban de la expulsión y se ampliaba la edad de los niños que podían quedarse o ser retenidos hasta los doce años. Además, se anunciaba el permiso real para que los moriscos remisos al embarque, si pasados tres días de la publicación del decreto no se habían presentado a los comisarios, se autorizaba a los soldados y a cualquier cristiano viejo para que los capturasen "y servirse de aquells com a esclaus legitimament presos en bona guerra". El propio rey y el Real Fisco se reservaban incluso el tomar para su servicio a moriscos (excepto niños y mujeres), previo pago de veinte ducados a sus capturadores. Todo ello parecía contradecir la prohibición de esclavizar a los moriscos, ya fueran adultos o niños.

La prohibición de esclavizar a las mujeres y niños moriscos quedó definitivamente ratificada el 10 de febrero de 1610 con la publicación de un edicto del virrey. Sin embargo, el problema no quedó resuelto realmente. Apenas mes y medio después, el 24 de marzo, el Patriarca Ribera se manifestaba a favor de que los morisquillos menores de 12 años fuesen retenidos como esclavos en una reunión del Consejo de Estado, argumentando que era por su propio bien, pues quedarían al cuidado de cristianos viejos pudientes. Asimismo se mostró partidario de que se quedaran las mujeres moriscas que no tuvieran maridos ni hijos, ya que "los cavalleros y ciudadanos tenian por mucha comodidad poderse servir dellas porque no hallan servicio".




Justo dos meses más tarde, el 10 de abril, el virrey publicó otro bando en el que daba a conocer una nueva y polémica decisión real: todos los niños moriscos menores de 7 años que había en el reino de Valencia serían trasladados a Castilla, donde se entregarían a cristianos viejos para su cuidado; y todos los mayores de esa edad serían expulsados. No obstante, ninguna de estas medidas se llevó a cabo.


No se volvió a hablar del traslado de los morisquillos menores de 7 años a Castilla, mientras que la expulsión de los mayores fue cambiada por su alejamiento del litoral, con la idea de erradicar toda presencia morisca de la costa. Así lo determinaba otro bando del marqués de Caracena de fecha 22 de mayo: "(É) los muchachos moriscos de siete años arriba no pueden estar ni vivir en ningun lugar maritimo de este Reyno, sino tres leguas la tierra adentro". Tampoco esta disposición fue bien recibida por los concejos locales, tal como indica Viravens en el caso de Alicante, donde fue promulgada el 17 de julio, "después de repetidas excitaciones que el Marqués de Caracena dirigió al Justicia y Jurados de esta Ciudad". Los tutores no se desprendieron de los moriscos mayores de 7 años que tenían a su cargo y el internamiento de éstos tampoco se llevó a efecto en la práctica.


Un año después, el 29 de agosto de 1611, un nuevo decreto de Luis Carrillo de Toledo, marqués de Caracena y virrey del reino de Valencia (citando una carta de Felipe III del 20 de febrero anterior) daba por zanjada la cuestión de la edad mínima de los moriscos para quedarse: 14 años; dando así por buenos los hechos consumados desde el inicio de la expulsión, dos años antes:

"pueden quedarse las dichas personas con los dichos muchachos y muchachas, para servirse buenamente dellos, y para enseñarlos sobre todo nuestra Fe Catholica, catechizandoles en ella, y teniendo con su criança, buena doctrina y disciplina, el cuydado que es menester para q. olviden su nacimiento, y sean perfetos y Catholicos Christianos".Al mismo tiempo, este decreto serviría para realizar un nuevo censo de moriscos en el reino de Valencia: "ordenamos y mandamos a todas y qualquier personas (É) en cuyo poder estuveren y se hallaren qualquier muchachos y muchachas hijos de Moriscos, de qualquier edad q. sean, los presenten, manifiesten y registren: dentro de seys dias precissos despues de la publicacion que se hiziere deste Vando".


La verdad que conociendo estos desagradables sucesos... todavía no se como podemos vivir en tanto odio y rencor.

Acusamos de "extrangero" a muchas personas, cuando nosotros mismos podemos ser hijos, nietos, sobrinos... de descendientes de moriscos. Nuestros apellidos, fisionomía... ¡nos delatan!

En nuestra querida España va siendo hora de reconciliarnos y poder volver a vivir en paz. Si aqui convivieron 3 culturas distintas tantos años ¿porque ahora no puede ser? ¿Qué está fallando? Leer más...

Medina Azhara, مدينة الزهراء una ciudad construida por amor



En pleno corarzón de al-Andalus, en las faldas de Sierra Morena, el monte de la Desposada, como lo llamaban los árabes, al oeste de la ciudad de Córdoba se encuentra la gran joya de la presencia árabe en la panínsula ibérica.

La ciudad perdida de los omeyas, مدينة الزهراء Madīnat al-Zahrā' (Medina Azahara) comenzada a construirse por Abd-al-Rahman III en el año 325 de la Hégira (936 d.C.) se piensa que pudo llegar a albergar hasta 12.000 personas.


Medina Azahara junto con la Mezquita Aljama de Córdoba, representan la esencia del periodo más álgido de la historia de la ciudad: el esplendor del califato.



Existen varias hipotesis sobre el motivo de su construcción:


- De índole político-ideológica ante la necesidad de impulsar una imagen nueva del recién constituido Califato Independiente de Occidente, fuerte y poderoso, uno de los mayores reinos medievales de Europa.


- Por amor a una mujer, con nombre de flor, Azahara.


Un viento suave se desliza entre los almendros, estremece sus ramas y acaricia levemente las florecillas rosadas que se desprenden y caen sobre la tierra. Una vez más, el Yebél Alarús se viste de gala y nos trae a la memoria una hermosa historia de amor.

Aconteció durante los últimos años del siglo X, cuando Córdoba se llamaba Qurtuba y Abderramán III era el primer califa Omeya independiente de Bagdad.

Era esta una ciudad populosa donde convivían gentes de todas las razas y religiones. A ella acudían sabios, alarifes, poetas y músicos de todos los rincones del mundo. Florecían las artes, progresaban las ciencias, se mezclaba lo autóctono con las nuevas influencias recibidas del exterior. Todo lo asimilaba y lo hacía suyo.




Era Abderramán un califa audaz, enérgico y valeroso. Su constancia y talento político hicieron posible la unidad y pacificación de Al-Andalus. Consiguió imponer respeto a los cristianos del Norte y acometió con arrogancia la reorganización de su autoridad soberana.

Para agasajar al califa solicitando su protección o agradeciendo su ayuda, los monarcas de otras tierras enviaban fabulosos regalos: extrañas obras de arte, piedras preciosas, libros de incalculable valor y hermosas esclavas. Azahara fue una de ellas.



Cuenta la leyenda que Abd al-Rahman había traído a Azahara desde Granada. Pronto se convirtió en su preferida y para demostrarle el amor que sentía por ella ordenó la construcción de una ciudad palatina.

Para ello contrató a los mejores arquitectos y artesanos, compró los materiales más preciados, maderas, mármoles, azulejos; mandó construir hermosos jardines con flores y plantas traídas desde todos los rincones del mundo, los pobló con hermosos pájaros y mandó que en ellos creciesen árboles de exóticos frutos.


Telas y muebles, comprados a los mercaderes más prestigiosos, adornaban las estancias de la favorita Azahara, todo lo hizo el califa por su amor.


Sin embargo Abd al-Rahman la sorprendía a menudo llorando y sus constantes regalos no conseguían su sonrisa. Le preguntó el motivo de su tristeza y qué debía hacer para contentarla. Azahara le respondió que a su tristeza el califa no podría ponerle remedio pues lloraba por no poder contemplar la nieve de Sierra Nevada. Él le respondió “Yo haré que nieve para ti en Córdoba”.

Inmediatamente mandó talar un bosque situado frente a la medina y replantarlo de almendros muy juntos unos de otros y cada primavera, cuando los almendros abrían su flor blanca, la nieve aparecía en Córdoba sólo para la favorita Azahara.





El cronista musulmán al-Maqqari transmite otra versión que encierra un fuerte contenido poético en relación con las causas que motivaron la creación de la ciudad palatina de Madinat al-Zahra. El autor nos cuenta que tuvo oportunidad de conocer, a través de un anciano cordobés, la siguiente historia:


“Me dijo un anciano de Córdoba, respecto al origen de la construcción de Madinat al-Zahra, que al Califa (Abd al-Rahman al-Nasir) se le murió una concubina que dejó una gran fortuna con destino a la redención de cautivos musulmanes.


Se buscaron en el país de los francos y no se hallaron, dando gracias a Dios por ello. Entonces le dijo a al-Nasir su concubina al-Zahra, a la que amaba profundamente: -deseo que construyas para mí una ciudad que lleve mi nombre y sea de mi propiedad-.


En efecto, ordenó construir dicha ciudad debajo de la Montaña de la Novia, que es el mediodía de la Montaña y al norte de Córdoba, a unas tres millas de esta ciudad. Ordenó que se construyera con la más alta y refinada técnica, para que fuera lugar de recreo y morada de al-Zahra y festón de los magnates de su reino.


Hizo esculpir una estatua de al-Zahra, que colocó en la puerta de la ciudad. Cuando se sentó ella en el salón de al-Zahra y contempló lo blanco de la ciudad en el regazo de la negra montaña, dijo: -oh, mi señor, ¿no ves la hermosura de esta muchacha (la ciudad) en el regazo de aquel negro etíope (la montaña)? ¿Por qué no quitas la montaña?-.


Pero uno de los familiares de al-Nasir dijo: pido a Dios que libre al Emir de los Creyentes de una acción que después no pueda oírse sin afrenta de la razón. Ni reuniendo todas las criaturas que estuvieran cavando, cortando y barrenando podrían quitar lo que el creador puso, sólo él cual podría hacerlo. Ordenó entonces (el Califa) que cortasen los árboles de la montaña y plantasen todo de higueras y almendros. Por ello no hubo vista más bella en la primavera cuando las flores (blancas) abrieron”.





Su construcción duró 25 años y para ella se emplearon los más valiosos materiales, como mármoles, ébano, marfil y piedras preciosas. De sus edificios destacan la Casa del Ejército y el Salón Rico, en los que se conservan restos de capiteles, zócalos y mármoles de excelente calidad.



Contando tan solo 64 años, fue destruida y saqueada por los bereberes, pero, en 1236, al ser Córdoba conquistada por Fernando 111 El Santo, los materiales de sus ruinas sirvieron para construir palacios, iglesias y conventos.


La ciudad tiene planta rectangular y está construida mediante terrazas escalonadas, separadas por muros muy amplios. El visitante puede hacerse una idea de su grandiosidad al pasear por sus patios, en los que se conservan restos de pinturas, zócalos y losas, fragmentos de columnas, trozos de fustes, basas y capiteles de mármol blanco muy trabajados.


En realidad, más que un palacio, es un complejo urbanístico que responde al concepto de ciudad-palacio, repetido después en La Alhambra, con funciones múltiples, residencia palaciega al mismo tiempo que centro de todo el aparato administrativo del Estado. Su origen hay que buscarlo en la tradición del Oriente Medio (Persia) y Bizancio.


Son numerosos los testimonios escritos que exaltaban las riquezas de sus salones, algunos de los cuales hoy se van rescatando por las excavaciones e intentos de restauración.


El profesor Sánchez Albornoz en su obra La España musulmana hace una magnífica descripción del Salón Rico, diciendo:


"Otra de las maravillas de Al-Zahara era el salón llamado de los Califas, cuyo tejado era de oro y de bloques de mármol de variados colores, sólidos pero transparentes, y cuyas paredes eran de los mismos materiales...


Había en el centro del mismo un gran pilón lleno de mercurio. Daban entrada al salón ocho puertas de cada lado, adornadas con oro y ébano, que descansaban sobre pilares de mármoles variados y cristal transparente. Cuando el sol penetraba en la sala a través de estas puertas y reflejaba en las paredes y el techo, era tal su fuerza que cegaba.



Y cuando Alnasir quería asombrar a alguno de sus cortesanos le bastaba hacer una seña a uno de sus esclavos para poner en movimiento el mercurio, e inmediatamente parecía que toda la habitación estaba atravesada por razón de la luz y la asamblea empezaba a temblar... Y era el movimiento del mercurio el que hacía creer que la habitación estaba continuamente moviéndose o que giraba al rededor de un poste como si siguiera el movimiento del Sol".


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